China ha tenido un innegable crecimiento que la ha convertido en un referente al momento de analizar la economía nacional, regional y mundial. El crecimiento de China demanda enormes recursos para sostener su economía, lo que lleva a este país a salir al mundo en búsqueda de materias primas, energía y alimentos. En términos de nuevas inversiones, hay un especial interés de China por acceder a los recursos naturales, entre ellos, los minerales, tanto en América del Sur como en el resto del mundo. La emergencia de este gigante asiático y su forma de relacionamiento con los países latinoamericanos pone en evidencia el papel de algunos de éstos como proveedores de materias primas. Evidentemente este es el caso de Ecuador.

Para garantizar sus inversiones en América del sur, China ha firmado Tratados de Libre Comercio (TLC). Chile fue el primer país en firmar un documento de esta naturaleza en 2005, tratado que entró en vigencia desde octubre de 2006. El segundo país en firmar un TLC con China fue Perú en noviembre de 2008. Semanas después, China hizo pública la intención de continuar con la suscripción de tratados de libre comercio con los países u organizaciones de integración regional latinoamericanos y caribeños, señalando que promoverá entre otras inversiones, la explotación de recursos mineros.

Para el caso ecuatoriano, en términos de inversión minera, el primer paso se dio en junio de 2010, cuando el consorcio conformado por la China Railway Construction Corporation y la Tongling Nonferrous Metals Group adquirieron las concesiones de la empresa canadiense Corriente Resources para la fase de explotación de cobre en la Cordillera del Cóndor. El cobre es un producto primario, un commodity de primera necesidad en un país como China, donde existe una enorme industria tecnológica que basa su producción en este metal. Por otra parte, la relevancia del cobre en el mercado mundial incrementa el interés chino por explotar este mineral.